Capitulo 17: Pensamientos.

A la mañana siguiente, Dorian se levanto antes que Sandra, ya que el no solía dormir mucho. Aunque le había cogido un poco de confianza, todavía sentía curiosidad por la oportuna llegada de Sandra y de su ayuda. Si en realidad fuese como se describió, Sandra debería ser más desconfiada, en vez de amable. Ahora no podía hacer nada, pero Dorian no se iba a quedar parado sin hacer nada. Aparte de investigar el caso de su padre, tratara de conocer un poco mejor el pasado de esa chica.

El sol iba subiendo poco a poco. Ya eran las once y Sandra se levantó. Prosiguieron su camino entre montañas, llanuras y bosques. Tardaron unas cuatro agotadoras horas hasta llegar a la Intersección T-5, o así lo llamaba Sandra. Era un desfiladero, en el que había un pequeño pueblo pegado a él. Dorian se quedo intrigado y a la vez sorprendido de la localización del pueblo, nunca había visto un pueblo que fuera capaz de vivir en semejantes condiciones. Carel vivía en la tristeza del olvido, pero este pueblo tenía que vivir en constante alerta. No es fácil vivir en un lugar frio y peligroso.

Capitulo 16: Casa Mortero.

A Dorian le empezaron a venir muchas ideas de golpe a la cabeza. Se dio cuenta de que cada vez el misterio era mayor, y que él podría no estar a la altura. Pero una de las cosas más importantes que le enseño su padre era que nunca abandonara algo que le importase, por muy difícil que fuera. Sin más dilación, Dorian y Sandra partieron hacia Casa Mortero.

Mientras hablaban por el camino, Sandra contó que Casa Mortero fue un conocido hostal, donde los viajeros podían descansar y reponer fuerzas. Pero desde que el tejado y la estructura empezaron a fallar, el hostal cerró. Tardaron día y medio en llegar a Casa Mortero. El ambiente del lugar era desolador. El hostal estaba en un descampado, pero Sandra dijo que antes el lugar era más bonito. Antes de entrar aseguraron el perímetro, y se fueron fijando en el interior del hostal. Al mirar por las ventanas se dieron cuenta de que el lugar estaba vacío, y de que hace tiempo que no había actividad ilegal por aquí. Entraron en el hostal y observaron el lugar. No había nada interesante dentro. Al salir del hostal, Sandra dijo que si no quería ser un lastre para ella, tenía que entrenarse un poco. Sandra le enseño a moverse rápido, a ser sigiloso y a usar un arma. Tardaron más o menos una semana. Mientras tanto se alojaron en lo que quedaba de Casa Mortero. Aunque el lugar estaba mal, había unas pocas camas que estaban bien, aparte en los baños quedaba agua corriente.