Poco tardaron en llegar. Apartaron a Dorian de la escena del
crimen. Cabreado salió corriendo sin rumbo fijo. Fred le siguió. Dorian no
parecía cansarse, ya que, corría como nadie, pero se acabo parando en medio del
bosque. Cuando Fred le iba a dar su apoyo y a tranquilizarle, Dorian gritó. Pero
no fue un grito de tristeza, fue un grito de ira. Dos horas más tarde, Dorian y
Fred volvieron a casa. La policía había limpiado todo y trasladado el cadáver.
A Dorian se le comunicó que el resultado de la investigación fue muerte por
suicidio. La policía había cerrado el caso, pero Dorian no iba a quedarse de
brazos cruzados. Conocía bien a su padre, y sabía que él no tenía motivos para
suicidarse. Decidió investigar por su cuenta la muerte de su padre.
A la mañana siguiente Dorian le comunicó a Fred su decisión
de investigar por su cuenta. Fred le pidió que si podía ayudar. Dorian se quedo
pensando durante siete segundos. Fred podía acompañar a Dorian, era su único
amigo, y su ayuda no le vendría mal. Dorian se quedo en la casa de Fred esa
noche. Ya trabajarían mañana.
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