Mientras andaban por la calle para encontrarle sentido a
todo, la señora que les dijo el paradero del hombre del lago les llamo. Se
acercaron para ver que quería. La señora hizo preguntas sobre el hombre del
lago, preguntas raras. Dorian se fijo en el colgante de la señora. Era un
colgante de marfil, con el símbolo del pájaro con la llave atada a la pata.
Dorian preguntó por el colgante, la señora se puso nerviosa y cerró la puerta
rápido. Fred le dijo a Dorian que la mujer escondía algo. Después de esto Fred
se puso a ojear el libro que había cogido de la casa del lago. En el libro
ponía que si obtenías la llave y el colgante, el secreto se abrirá ante ti. Dorian
le propuso a Fred de ir por la noche a casa de la señora y robarle el colgante.
Cuando el reloj dio las doce de la noche, Dorian y Fred
estaban preparados para robar el colgante. Para ir de casa de Dorian a casa de
la señora hay que andar un par de manzanas. Por la noche, Carel daba miedo. Las
calles estaban vacías, el viento soplaba suave, el cielo estaba despejado, pero
daba un toque misterioso. Dorian y Fred llegaron a su destino. Se podía ver a
Fred con un bate de beisbol, Dorian insistió en que no hacía falta llevarlo ya
que era solo una señora.
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